domingo, 12 de mayo de 2013

Entre tus palabras


Ya sabes cómo sucederá esto.
Y yo también.
Llegaré a casa,
me tumbaré en la cama
y estaré lista para continuar donde lo dejamos la última vez.
No voy a malgastar el tiempo.
Ya sé que sólo tenemos unos pocos minutos robados cada día.

Te miro.
Iluminas la habitación,
cuando tú estás ahí sólo puedo pensar en ti,
sólo puedo sentir lo que tú quieres que sienta.
Me atraes,
me quemas,
me seduces,
me creas adicción.

Te he echado tanto de menos.
Tus decorados de papel,
los ríos de cartón,
el cielo pintado sobre el techo de escayola,
esa música que sé que solo suena en mi cabeza.
Tus historias, tus locuras.

Tú,
que me mantienes despierta,
que me emocionas, que me enamoras,
que me haces pensar, que me completas,
que me hieres tan fácilmente como me arreglas,
que me haces cavilar sobre lo que significa estar realmente viva.

No quiero estar sola.
Nuestro mundo ha esperado demasiado tiempo.
Ahí, dentro de las páginas,
sobre mi mesilla.
Pero ya he vuelto.
Por fin estoy en casa.
Ya puedo volar.
Ya puedo soñar.
Ya puedo ser todo lo que quiera ser.
Pero, como todo, esto no será eterno.
En cuanto cierre las páginas,
tus historias desaparecerán
y tendré que volver a la realidad.