sábado, 19 de noviembre de 2011

Duele


Hay momentos en los que te das cuenta que, definitivamente, no va a funcionar. Y sí, ya lo sé, no hace falta que me lo repitas más veces amor, ya lo he comprendido. Esconderte del dolor no sirve, siempre te acaba encontrando. Pero es un mecanismo de defensa, no lo hago a propósito. Y no es mi culpa, no del todo. Yo me había confiado. El dolor es malo, mucho más que el miedo. El dolor te acecha, te persigue, te deja sin respiración, aprisionándote contra la pared. Y cuando te tiene, te ataca, sin piedad, sin compasión, te desgarra con dientes afilados. Y al final acabas siendo una sombra de lo que eras, nada por fuera y nada por dentro, con los ojos apagados y el alma herida. Y de pronto un día, te armas de valor, sacas fuerzas de flaqueza y te enfrentas con la bestia. Miras al dolor, cara a cara y le dices que ya está bien, que basta de sufrir, que tú te mereces más. Lo rompes, lo destrozas, lo apuñalas con saña, vengándote de todo lo que te ha hecho él antes. Y sonríes. Dulce periodo de calma. Ya está, lo he superado, vuelvo a ser feliz. Pero es mentira. Siempre es mentira. Porque no se puede matar al dolor. Éste se aleja por un tiempo, malherido se va a curar sus heridas. Y un día, vuelve. De la manera más inesperada pero vuelve. Ves el hueco vacío en la cama, vas al cine y no encuentras a nadie a quien coger de la mano, marcas su número para decirle aquella noticia que estabas esperando y de pronto te das cuenta de que ya no os habláis. Y ahí, en todos esos momentos en los que eres vulnerable, el dolor aprovecha y vuelve. Está roto, debilitado, pero con fuerzas. Y es peor, porque tú lo has roto y ahora el dolor vuelve en pedazos, miles de esquirlas que se clavan por todas partes y te dejan sangrando el corazón, te obstruyen las venas, te envenenan el alma. Están por todas partes. Y sonríes, hablas, te comportas como si no pasara nada, pero duele. Duele aquella sonrisa que pones cuando pronuncian su nombre, duele cuando te cuentan que le han visto con otra, duele cuando le encuentras y tienes que saludarle, duelen todos esos regalos que una vez fueron tuyos y que ahora son de un recuerdo. Duele todo, incluso respirar, incluso vivir.

Otra vez sola en este mundo extraño, frío y vano. Acostúmbrate corazón, creo que va para largo.

jueves, 27 de octubre de 2011

Adiós, sin mas.

Mis maletas están hechas, mis cosas empaquetadas. Todo listo en la puerta. Estoy preparada para marcharme. Pero no lo hago. Parada frente a tu puerta, esperando. Tengo que despedirme. El taxi está esperando, el avión va a partir y yo sigo sin querer moverme de aquí. Y por fin sales. Y yo tengo que irme. Así que sonríe y bésame, dime que me esperarás, dime que no quieres que me vaya, cógeme de la mano como si jamás me fuera a separar de ti. Porque eso es lo que estoy haciendo. Me marcho y no sé cuándo volveré, no sé cuándo nos encontraremos de nuevo. Y no quiero irme, pero tengo que hacerlo. Ya no hay marcha atrás.
Demasiadas veces te he hecho enfadar, demasiadas veces me has hecho llorar. Pero no importa. Nos queremos y eso es en lo único en que pienso ahora. Y te lo digo, te digo que te amo, que no te olvidaré, que te llevaré en mis recuerdos a donde vaya. Y tú asientes, pero sé que no te lo crees, piensas que te estoy dejando de lado. Y te lo repito. En cada sitio al que voy pienso en ti, cada cosa que escribo es para ti, todo lo que hago siempre es por ti. Y tú me besas y me dices, esta vez sí, que no me vaya. Y yo no puedo hacer otra cosa que asegurarte que cuando vuelva nos casaremos. Como siempre has querido. Pero tengo que irme. Son cosas de trabajo, ya lo sabes, me necesitan allí.

Ha llegado la hora, me marcho. Bésame de nuevo, ya no hay tiempo. El taxi me va a salir más caro que el avión y hotel juntos. Venga, no lo pongas más difícil. Me voy. Cierra los ojos y cuando los abras ya habré vuelto.

lunes, 10 de octubre de 2011

Otro año más...

Y sin saber cómo, ya ha pasado otro año. Y con ello, ya ha llegado otra Japan Weekend. Ligeramente difusa, pero ha llegado. Menos puestos que de costumbre, aunque un grupo japonés y una japonesa muy mona vinieron a dar un concierto.
Recuerdo a la primera que fui. 2009, un año extraño. Este también lo ha sido, no lo dudo, pero diferente. Todos los años siempre son diferentes.

En resumen, pins, posters (muchos posters, demasiados posters), gorros que muerden, gafas, lazos sweet, figuritas (para variar), relojes, comics (de estos también muchos, incluso cuatro en un perfecto japonés), llaves espada y más frikadas que no recuerdo.

Y no, lo siento J, no encontré ningún japonés dispuesto a hacer las tareas domésticas y menos gratis. Otra vez será.


Un bonito fin de semana que me ha dejado con mucho dinero menos, espacio inexistente y muchas cosas que colocar. Ha sido bonito, no hay duda.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Lo podríamos haber tenido todo


Los recuerdos te asaltan en el peor de los momentos. Sólo hace falta un segundo, un objeto y estás perdido. Porque tu mente te atormentará con las imágenes más felices de tu vida. Risas, bromas, persecuciones que acaban en caricias, abrazos, besos. Aquí todo vale. Y lo ves, tan claro como si estuviera pasando, y te acuerdas de todo. De lo que le has querido, de lo que os habéis dicho, de las promesas, de las miradas. Te acuerdas de todo ese amor y te preguntas a dónde ha ido, dónde se ha escondido ya que ahora no lo encuentras. Tan cerca, todos los días ahí, frente a él, pero en realidad está a años luz de distancia.

Recuerdos. Otra vez, no puedo evitarlos. Intento esquivarlos, mirar para otro lado, pero es inútil. Son insistentes. Y sí, no estoy bien. Puedo ocultar mis sentimientos, acallar las lágrimas y sonreír. Pero sólo por unas horas. Le echo de menos, no sé por qué, pero lo hago. Y resisto, me hago más fuerte con cada paso, aunque siempre hay una vocecita que me dice: ¿qué has hecho? ¿por qué? No sé si todavía nos pertenecemos, si algún día se cruzaran nuestras miradas y lo arreglaremos, si esto es sólo una parada antes de la siguiente ruta. Pero, ¿qué pasa si nunca decimos lo que realmente sentimos, si jamás derribamos los muros que nos separan? ¿qué pasa si nos alejamos tanto que nos olvidamos de todo lo que sentimos? ¿qué pasa si ya no recuerdo por qué te amaba? ¿qué pasa si nos pasamos la vida fingiendo? Manteniendo en secreto cada paso que damos. Alejándonos cada vez más. Escondiéndonos y mintiendo a todo el mundo. Y es una pena, porque si tú sintieras lo mismo… que más da, ¿cómo voy a saberlo?

domingo, 28 de agosto de 2011

Se acabó.

Demasiado cerca. Tanto que no puedo pensar. Me retuerzo una vez más. Sobre el fango, sucia y perdida. Ya no me queda nada, todo lo que tenía te lo di a ti. ¿Alguien se acuerda el por qué hemos estado gritándonos durante horas?


Siempre hemos sido extraños. Tú y yo. Seres fríos, que antes de dar un paso hacen mil porcentajes para ver si van a salir heridos. Seres que no se dejan llevar por el corazón. Ese corazón que ahora mismo está lleno de rabia. ¿El tuyo también? Sí, eso es, ódiame. Ódiame hasta que revientes y no quede nada de lo que te di dentro de ti. Ódiame por todo lo que te he dicho, tranquilo, yo también me odio por ello.


Mientras tanto voy a caminar entre la muerte. Esperando a que acabes de odiarme para poder terminar de recoger los trozos de alma que te entregué y que ahora desmenuzas entre tus manos. Oye, ten cuidado, alma no tengo más que una.``Te amaré eternamente´´. Eso dijiste.

La eternidad ha pasado demasiado rápida. Contigo siempre es igual. Todo va demasiado deprisa.

jueves, 4 de agosto de 2011

Hoy me siento pecosa



Tengo 23 pecas en mi cara. Las he contado. (Sí, a las dos y media de la mañana no tengo otra cosa mejor que hacer que contar pecas)
Creo que soy pelirroja y no me he dado cuenta. ¿O era peligrosa?

miércoles, 20 de julio de 2011

Lo siento, pero ya no más.

Lo siento ángel, pero se acabó. No puedes irrumpir así en mi vida, llenarlo todo con tu luz y después irte.
Ya está bien, ¿no crees que ya has tenido suficiente? No, no lo crees, por supuesto que no lo crees. Así que, vuelves. Te metes en mis sueños una y otra vez. Y te veo, tan cerca de mí que puedo tocarte. Y me miras y me dices con esa voz tan dulce que sólo empleas conmigo:
-¿Damos un paseo? Tengo algo que decirte, pero tienes que prometerme que leerás entre líneas, ¿vale? Bien, ya sé que esto es sólo un sueño y ya sé que tú también lo sabes, por eso quiero que imagines. Imagina que estoy ahí, junto a ti, muy, muy cerca. Imagina que te miro directamente a los ojos y después que mi mirada recorre tu rostro hasta centrarse en tus labios. Ahora tus manos se posarían en mi cintura y las mías irían subiendo. Por tu espalda, por tu cuello... Ahora estamos más cerca. Sólo tú y yo. ¿Lo notas? ¿Sientes mi respiración? ¿Sientes como cada vez me acerco más hasta que nuestros labios se unen para siempre?

Y entonces me despierto. Deberían estar prohibidos este tipo de sueños. Me dejan fría, vacía. Y tú eres el culpable de todo. Tú te metes en mi cabeza, en mis sueños, y lo emborronas todo. ¿Por qué, ángel? ¿Por qué me sigues haciendo esto?


La respuesta era simple, porque no eres un ángel.

viernes, 15 de julio de 2011

Adiós Harry


He crecido en Hogwarts. Me he criado leyendo todas esas historias llenas de magia. Desde que era pequeña hasta ahora, he crecido con Harry Potter.


Aún recuerdo cuando cumplí once años. Estaba segura de que recibiría esa carta con letras verde brillante que me anunciaría que había sido admitida en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.



También recuerdo cuando salió la primera película. Ver todos esos escenarios, los personajes, las criaturas mágicas. Verlo todo allí, tan real, tan mágico. Esa sensación al ver a Dumbledore y decir: ¡Es exactamente igual a como me lo había imaginado!


Y ahora, un quince de julio como otro cualquiera, ahora hay que decir: ¡Adiós Harry!

Y pensar en todas las alegrías y penas que me ha dado esta historia. Todos esos momentos mágicos, todas las muertes traumáticas.

Y pensar que voy a seguir susurrando ``Lumus´´ cada vez que le de al interruptor para encender la luz y ``alohomora´´ cada vez que abra la puerta.



Adiós Harry y gracias, gracias por todo.


Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas


Travesura realizada.

viernes, 1 de julio de 2011


-L, ¿Qué estás haciendo?

-Magia.
-No puedes estar haciendo magia. Cielo, la magia no existe.
-No digas tonterías, claro que existe.
-¿De verdad?
-Por supuesto, nuestro mundo está lleno de magia. Por ejemplo, mira los sueños. Los sueños son algo intangible, no se puede demostrar su existencia ni explicar de donde vienen. Y la magia es justo eso, algo que no se puede ver ni demostrar. Así que los sueños es la prueba de que la magia existe.

Y ahí dejamos el tema. Gracias por no decirme aquella tarde que los sueños tienen todo tipo de explicaciones y estudios. Gracias por dejarme creer que la magia existía. Gracias por no llamarme tonta cuando se me iluminaban los ojos nada más oír hablar de conjuros y hechizos. Gracias por ser así.

jueves, 23 de junio de 2011

Sólo yo

Estoy cansada de estar siempre pendiente de lo que digo o lo que hago. Estoy cansada de que tenga que medir mis palabras y de preocuparme a cada segundo por si les gusto a los demás o no. Estoy cansada de fingir, de pretender ser alguien que no soy. Estoy cansada de que me revoluciones. Estoy cansada de que con una sonrisa me abras las puertas del paraíso y con una mala contestación me bajes hasta el infierno. Estoy cansada de tus cambios de humor repentinos. De tus ``ahora te quiero, ahora te ignoro´´. Estoy cansada de todo. Así que ahora voy a ser yo misma. Sólo yo. Se acabó la máscara, se acabó el maquillaje de hipócrita. Mundo prepárate, que vengo con fuerza.

Y si somos sólo reflejos de la realidad, si todo lo que ves no es más que una apariencia construida con años de experiencia, es porque tengo miedo. Y me desdoblo, me transformo en dos personas distintas. La valiente y la insegura. La dura y la romántica. La que no teme a nada y la que se derrumba con un soplido. Después d todo, esas dos personas que creo siguen siendo parte de mí. Aunque sólo te deje ver a una de ellas, la otra sigue allí, escondida, esperando a que la encuentres, a que quieras descubrirla.

Sólo tienes que venir a buscarla. Sólo tienes que desearlo con la suficiente fuerza. Y mientras tanto, intentaré ser yo misma. Sólo yo, espero que estés contento.

martes, 7 de junio de 2011

Estrellas fugaces.

-Creo que he visto una estrella fugaz.
-¿Ah, sí?
-Ha pasado justo ahora, por delante de mí, creo que es una señal.
-¿Y qué dice esa señal?
-Que tenemos que vivir la vida, que no podemos malgastar ni un segundo.
-Está bien, entonces empecemos a vivirla.

El beso llegó después de esas palabras. Supongo que ni siquiera te importaba la estrella, sólo querías un pretexto para presionar tus labios contra los míos y hacerme estremecer. Pero no pasa nada, yo también estaba buscando un pretexto. La verdad es que no me importaría pasarme la vida así, entre la seguridad de tus brazos, con la noche estrellada de fondo y el calor que desprende tu cuerpo. La verdad es que sería capaz de ver estrellas fugaces durante el día con tal de que me volvieras a besar así.

jueves, 2 de junio de 2011

Sombras

Tú me quieres y yo te quiero. Sé que te importo y qué harías cualquier cosa por mí. Y tú sabes que sólo tienes que decirlo y en cualquier momento, en cualquier lugar estaré allí. Nosotros jamás nos separaremos.
Ya está bien. Fin del cuento de hadas.
Nosotros jamás tuvimos nada tan perfecto. Tan asquerosamente bucólico y absurdamente romántico. Pero tampoco tenía que haber sido así y tú lo sabes. Venga, basta ya, deja de jugar, ya me he cansado. No puedes venir y decirme eso ahora. ¿Sólo amigos? ¿De verdad? ¿Qué coño estás diciendo? Tú síguete escondiendo mientras a esa distancia apuñalas mi alma. Pensé que al menos te importaba un poco más. Pensé que no te rendirías antes de empezar. Y aquí estoy yo, haciendo como que estoy bien. Pero no lo estoy, te estoy perdiendo. Me he roto y mis pedazos están desperdigados entre tu idiotez y tu desconsideración. ¿Puedes arreglarme? ¿Puedes hacer esta última cosa por mí? No, no puedes.
Otra vez tú. Tú y tu estúpido egoísmo. Tú y tu absurda indecisión.




Y al final sólo somos sombras. Sombras unidas a un cuerpo que luchan por ser algo más que una silueta difusa. Sombras que algún día se entremezclaran hasta tal punto que no nos quede más remedio que pasar la vida juntos.



Sólo sombras...

domingo, 15 de mayo de 2011

Oscuridad en la luz.


No, no voy a decirlo en voz alta. Aunque lo sé perfectamente. Sé que esos días no van a volver. Y por eso me ha entrado miedo. Miedo a perderte, a perderte en serio, no como hasta ahora. Ya sé que esto pasaría, que algún día me ocurriría a mí también y tendría que pasarme la noche en vela. Acurrucada entre las mantas, con la luz apagada y los suspiros rotos.
Ya lo has conseguido. Mi conciencia no deja de repetirme una y otra vez el famoso ``te lo dije´´. Demasiados pasos en falso, es verdad. Pero, ¿qué querías que hiciera? Estaba asustada y desconcertada. Pero llegó un punto en el que mi paciencia se acabó. Ya he perdido lo último que se pierde. Ya no me quedan ilusiones. Así que, ya que estás, termina de llevártelo todo.
Mira lo que has hecho, mira lo que hemos hecho.

Y por fuera todo brilla. Es de día y el sol ilumina la calle. El cielo es azul y la gente pasea feliz. Pero por dentro todo es oscuro. Todo por tu culpa, ahora ya no veo nada.

jueves, 12 de mayo de 2011

Imagina...

Odio cuando tengo un día como este. No es que haya sido malo, más bien ha sido mediocre. No, lo que detesto de días como hoy es que cuando llego a casa me empiezo a cuestionar todo. Y como siempre que cuestiono las cosas, tu nombre aparece el primero. Y entonces me pongo a pensar en qué pasaría si todo fuera diferente.


Por ejemplo, imagina que tuviéramos la suficiente confianza como para decirnos las cosas que nos duelen. Imagina que yo soy feliz a tu lado tal y como estamos, que nunca quise algo más. Imagina que jamás te dejé cruzar esa delgada línea que lleva entre nosotros siglos. Esa línea que separa una relación de buenos amigos, de bromas y comentarios sin ningún sentimiento más allá de la amistad. Imagina que nunca dejé que me abrazaras y que yo sigo siendo la misma borde de siempre. Imagina que esa situación de besos no correspondidos no sucedió. Imagina que jamás te acercaste lo suficiente e imagina que no me besaste.

Bien, ahora, ya que estás, quiero que imagines que todo lo anterior es falso. Ahora vamos a suponer que me abrazaste y me dejé, que me besaste y yo te correspondí. Supón que con el paso del tiempo tú no te has vuelto un completo idiota y yo no he desistido. Supón que no prefieres a cualquier otro antes de estar conmigo. Supón que esa complicidad entre nosotros no ha muerto. Y ahora, supongamos que tú jamás me mirarás de la misma forma en que lo hago yo.

jueves, 5 de mayo de 2011

Entre tú y yo.



Ven, acércate. Shh, no digas nada, el tiempo de las palabras acabó hace mucho. Vamos, más cerca, no quiero que el aire pase entre nuestros cuerpos. Vamos, sabes que nuestros labios nunca deberían de haberse separado. Venga, bésame otra vez, que sigo comprobando mi teoría. ¿Sabes que cada vez que me besas mi corazón empieza a latir tan fuerte que temo que se pare? ¿Sabes que me recorre un dolor extraño por todo el cuerpo? Pero tranquilo, es un dolor agradable. El desagradable llega cuando te separas de mí. Ojalá te pudieras quedar. Sí, ya lo sé, no hace falta que me lo digas, sé que no puedes quedarte. Es extraño que la última vez que me mirara el reloj fueran las cuatro de la tarde y que ahora de pronto ya sean las nueve. Malditas obligaciones, ¿verdad? Sí, ya lo sé, tú tampoco quieres irte. Abrázame una vez más, por favor. Vuelve a mirarme de esa manera y dime una vez más que me quieres con los ojos. Venga, hay que levantarse, desenredar nuestros pensamientos conjuntos y volver a ser dos personas en vez de una. ¡Qué raro se me hace volver a ser yo! ¡Qué frío tengo al no sentir tu cuerpo a mi lado! No me mires así, que nos veremos mañana.

Y al día siguiente todo cambió. Tampoco pasó tanto tiempo, ¿verdad? Una simple noche y algunas horas del día hasta que nos volvimos a ver. Pero si ayer era blanco, hoy es negro. Cambiaste de idea y me cambiaste también la mía. Así que, aquí estoy, pero ya no volveré a estar nunca para ti. Se acabaron los pensamientos que tú protagonizabas a todas horas. Esto es lo que has conseguido, has conseguido que ya no quiera yo. He descubierto que ya puedo perderme en otros ojos. He descubierto que no soporto los ``casi´´ y tú era lo único que me decías.
Y ahora que ha pasado un poco más de tiempo, me doy cuenta de que no he cambiado tanto. Resulta que los pensamientos de los que creí librarme siguen ahí, aguardando su momento hasta que te vuelva a ver. Y sé que no puedo liberarme de ellos. Desde aquel día los segundos se han negado a pasar y yo he confundido unos meses con un siglo. Así que sí, hoy puedo afirmar que he tardado un siglo en darme cuenta de que te sigo esperando. He tardado un siglo en darme cuenta que jamás he odiado y amado tanto a una persona. Quiero que sepas que jamás he deseado olvidar como lo deseé aquel día. Quiero que sepas que nunca necesité tanto un simple roce, una caricia presentida. Pero aunque quiero que lo sepas, tengo la certeza de que jamás leerás mis palabras.

viernes, 29 de abril de 2011

``Y la ganadora del segundo nivel de la categoría de prosa es...´´


Le agarro las manos a Al y nos miramos. Y entonces escucho mi nombre. Me levanto con una sonrisa. Una mujer me entrega el diploma y otra el cheque regalo que daba por premio. Lo recojo, doy las gracias y me siento. Miro el diploma anonadada y no escucho ninguno de los nombres de los demás premiados. He ganado, pienso. Y yo que creía que no sabía escribir relatos cortos. El diploma tiembla en mis manos y apenas puedo sujetarlo. Intento grabar en mi mente todos sus detalles, pensando que me despertaré de un momento a otro y lo perderé como tantas cosas he perdido en mis sueños. Pero no, aquí está.







Y por si os interesa, el relato con el que he ganado es el que tengo en el otro blog. El del castillo, los lobos y las piedras. ¿No es genial?

miércoles, 27 de abril de 2011

Tú.

Espero que no lo sepas jamás, pero aquella noche me pasé horas reviviendo nuestra tarde. Lo repetí una y mil veces, cambié el escenario, tus palabras, mis reacciones. Lo cambié hasta que estuvo todo perfecto. Pero, con tanto cambio, ya no fui capaz de reconocerte a ti ni a nuestra tarde. Se alejaba demasiado de la realidad. Entonces fue cuando me di cuenta de que tú no eras lo que quería. Fue por eso por lo que dejé de verte. Simplemente por eso.

martes, 26 de abril de 2011

Sweet kiss.



Tus labios sabían a fresa
y yo no lo sabía.
Tus labios sabían a azúcar,
eso sí lo presentía.
Tus labios sabían a chocolate,
mmm, que ricos estaban.
Nunca probé un beso tan dulce.
¿Cuándo repetimos?

lunes, 25 de abril de 2011

Sí, otra vez.

Entra, no te preocupes, estoy aquí. No, no enciendas la luz, no quiero que me veas así.

Te dije que no encendieras la luz, ¿qué? Ah, ya, claro, es de día, no hay ninguna luz que encender. Lo siento, ya sé que no te gusta que beba, pero no he podido evitarlo. Necesitaba olvidar.
Sí, me ha vuelto a romper el corazón, ¿cómo lo sabes? No, no le insultes, la culpa es mía. La culpa es mía por pensar que esto podría funcionar.

Tranquilo, prometo no beber tanto la próxima vez y llamarte mucho antes. Sí, exactamente, eso significa que va a haber próxima vez. Ya sabes que es mi debilidad y que volveré a caer en cuanto me diga cuatro palabras bonitas. Sí, yo también desearía que fuera distinto.

Baja la voz, por favor, me va a estallar la cabeza. ¿Es muy cruel si te pido que me abraces? Ya sé que después de todo lo que ha pasado entre nosotros, contarte todo esto no es lo más indicado. Pero ya lo hablamos, ¿verdad? Ya dejamos claro que seríamos sólo amigos. Dios, qué complicado es todo. En fin, si no te importa voy a dormir un poco. Sí, ya sé que es la una de la tarde, pero tengo sueño y me duele la cabeza. Quizá si te quedas a mi lado no tenga pesadillas. Ah, por cierto, he olvidado decirte que te quiero con todos los fragmentos de mi oscura alma rota. Y tú has olvidado decirme que aunque también me quieres, jamás podremos estar juntos. A lo que yo sin duda te hubiera contestado, que por eso me emborracho y me parten el corazón tan a menudo. Te hubiera confesado que es sólo una escusa para que vengas a verme a casa. Pero claro, estoy borracha y tengo sueño, no puedes echarme en cara el olvidarme de decirte algunas cosas, ¿verdad?

domingo, 24 de abril de 2011

Hoy...

Hoy, a la 1:28 de la mañana, con un silencio por toda la casa porque mis padres hacen lo que yo debería estar haciendo (dormir) entro de nuevo aquí y decido continuar con esto que ya llevaba abandonado demasiado tiempo. No sé qué saldrá, tampoco me importa, será que estoy dormida.
Hoy vengo a informar que he vuelto. Y sí, esta vez es para quedarme.