lunes, 27 de febrero de 2012

Para cuando me digan que debo integrarme

He visto como buenas personas ``se hacían mayores´´. He visto como amigos de verdad se marchaban. Amigos con los que compartía sueños, de esos con los que te inventas mil historias y haces mil locuras. He visto como una joven pura, sin maldad, destrozaba todo lo que tenía y se volvía cruel y engañosa. Vendiendo todo lo que había amado alguna vez para conseguir dinero para comprar tabaco. Les he visto marchitarse, yendo a discotecas mugrientas y pasando las tardes en un banco con un vaso de plástico lleno de alcohol en sus manos. Les he visto denigrarse hasta más no poder, renunciar a todos los valores y desperdiciar su vida. Les he visto perderse mil sensaciones, crecer demasiado rápido, perder la inocencia antes de tiempo. He visto como el alcohol y las drogas me arrebataban a gente buena, los convertían y me dejaban atrás por no querer ser como ellos. He visto como cada vez empiezan más pronto. He visto de todo y por eso lo digo bien alto: me niego a ser “normal”, me niego a salir con ese tipo de gente, me niego a ir a botellones aunque luego yo no beba, no, me niego rotundamente a ser como ellos. Y pueden llamarme rara, marginada y todo lo que se les pase por la cabeza. Pero yo seguiré siendo yo, con mis firmes convicciones, siempre.
Ya lo he dicho, que el mundo se dé por enterado.

martes, 14 de febrero de 2012

Love

El año pasado cometí muchos errores. Ahora sé lo tonta que he sido. Confié en la persona equivocada, entregué mis sueños a alguien que no era capaz de ver nada más allá de él y su ego. Y me partí en cachitos diminutos. Así que pensé que jamás volvería a confiar en alguien. ¿Para qué? Todas las relaciones terminan, todo se acaba. ¿Para qué arriesgarse si sabes que al final te romperán el corazón? Ellos no lo entienden, no saben lo mucho que sufrí. Él me hizo dudar de todo lo que yo conocía. Ojalá pudieras ponerte en mis zapatos, para que vieras lo horrible que me siento. Estuve mucho tiempo mirándome en el espejo y preguntándome quién había ahí. Al final del día siempre estaba el mismo reflejo, insegura, vacía. Pero todo cambia, todo pasa. Sólo hay que conocer a la persona correcta. Y estas palabras son para esa persona, que me ha hecho darme cuenta de lo que soy, de quién soy.


Y para ti, fiel consejero, escuchador de palabras sin sentido y amigo fiel: gracias. Gracias por recordarme que no estoy sola, gracias por hacerlo todo más fácil cuando la vida se complica. Gracias por demostrarme que sigo siendo una romántica empedernida que nunca dejará de creer en el amor.


miércoles, 1 de febrero de 2012

Supuestos

Chica estúpida. Chica que esperas a algo que no va a llegar nunca. Chica inocente como ella sola. Chica con los ojos brillantes. Chica ilusa y perdida. Chica a la que nunca le salen bien sus planes.
Eso es lo que has dejado en mí.
Malo, eso es lo que eres. Despiadado y maléfico. Te lo has llevado todo. No sé cómo no te resbalas al andar y pisar el charco que han formado mis lágrimas. No miraste atrás para ver lo que habías hecho. Insensible, apático y cruel. Quizá tenía que haberme dado cuenta antes. Tendría que haberme marchado. Nada es peor que esto y esto es todo lo que tengo. ¿Hemos terminado? ¿Eso es todo? ¿Te vas a ir así? Bien, pues llévatelo todo, no quiero que dejes nada. Ni un recuerdo, ni una lágrima, ni una excusa. Llévatelo todo y coge también mis sentimientos, ya no los quiero. Si al menos supieras que todo lo que he hecho era por ti. Si al menos fueras consciente de cuanto te quise. ¡Por todos los dioses, qué tonta he sido!
Yo estaba perdida, mi corazón caía entre zarzas puntiagudas. Estaba oscuro y yo estaba acabada. Pero entonces me encontraste y pude ver la luz. Yo, que siempre temblaba, pobre insegura, me hice fuerte a tu lado. Pero hay una parte de ti que nunca me enseñaste. Pero llegó un día en el que la vi. Las cosas que decías no podían ser verdad. Siempre, hicieras lo que hicieras, siempre ganabas. Tenías un lado oscuro que me hacía temblar. Y cada vez que pronunciaba tu nombre era como si me quemase. Cuando estaba contigo me convencías de que no había nada mejor que estar juntos. Pero había en ti un lado oscuro que me aterrorizaba. Y supe que tenía que terminar. Pero incluso ahora que estamos separados, no sé cómo seguir adelante.
¿Recuerdas ese día? Estábamos tan cerca que podías haber empezado una guerra. Todo en lo que creí una vez estaba desparramado por el suelo, sin ningún sentido. Pero aun así, sabía qué hacer. No podías continuar dándole la vuelta a las cosas. Junto a ti ya no podía respirar. Y me fui.

Y ahora, por mucho que lo intentes, no voy a dejar que te acerques lo suficiente a mí. No, ya he aprendido. Es hora de decirnos adiós, definitivamente. Ya no te necesito. Nunca más.