He visto como buenas personas ``se hacían mayores´´. He visto como amigos de verdad se marchaban. Amigos con los que compartía sueños, de esos con los que te inventas mil historias y haces mil locuras. He visto como una joven pura, sin maldad, destrozaba todo lo que tenía y se volvía cruel y engañosa. Vendiendo todo lo que había amado alguna vez para conseguir dinero para comprar tabaco. Les he visto marchitarse, yendo a discotecas mugrientas y pasando las tardes en un banco con un vaso de plástico lleno de alcohol en sus manos. Les he visto denigrarse hasta más no poder, renunciar a todos los valores y desperdiciar su vida. Les he visto perderse mil sensaciones, crecer demasiado rápido, perder la inocencia antes de tiempo. He visto como el alcohol y las drogas me arrebataban a gente buena, los convertían y me dejaban atrás por no querer ser como ellos. He visto como cada vez empiezan más pronto. He visto de todo y por eso lo digo bien alto: me niego a ser “normal”, me niego a salir con ese tipo de gente, me niego a ir a botellones aunque luego yo no beba, no, me niego rotundamente a ser como ellos. Y pueden llamarme rara, marginada y todo lo que se les pase por la cabeza. Pero yo seguiré siendo yo, con mis firmes convicciones, siempre.
Ya lo he dicho, que el mundo se dé por enterado.