viernes, 29 de abril de 2011

``Y la ganadora del segundo nivel de la categoría de prosa es...´´


Le agarro las manos a Al y nos miramos. Y entonces escucho mi nombre. Me levanto con una sonrisa. Una mujer me entrega el diploma y otra el cheque regalo que daba por premio. Lo recojo, doy las gracias y me siento. Miro el diploma anonadada y no escucho ninguno de los nombres de los demás premiados. He ganado, pienso. Y yo que creía que no sabía escribir relatos cortos. El diploma tiembla en mis manos y apenas puedo sujetarlo. Intento grabar en mi mente todos sus detalles, pensando que me despertaré de un momento a otro y lo perderé como tantas cosas he perdido en mis sueños. Pero no, aquí está.







Y por si os interesa, el relato con el que he ganado es el que tengo en el otro blog. El del castillo, los lobos y las piedras. ¿No es genial?

miércoles, 27 de abril de 2011

Tú.

Espero que no lo sepas jamás, pero aquella noche me pasé horas reviviendo nuestra tarde. Lo repetí una y mil veces, cambié el escenario, tus palabras, mis reacciones. Lo cambié hasta que estuvo todo perfecto. Pero, con tanto cambio, ya no fui capaz de reconocerte a ti ni a nuestra tarde. Se alejaba demasiado de la realidad. Entonces fue cuando me di cuenta de que tú no eras lo que quería. Fue por eso por lo que dejé de verte. Simplemente por eso.

martes, 26 de abril de 2011

Sweet kiss.



Tus labios sabían a fresa
y yo no lo sabía.
Tus labios sabían a azúcar,
eso sí lo presentía.
Tus labios sabían a chocolate,
mmm, que ricos estaban.
Nunca probé un beso tan dulce.
¿Cuándo repetimos?

lunes, 25 de abril de 2011

Sí, otra vez.

Entra, no te preocupes, estoy aquí. No, no enciendas la luz, no quiero que me veas así.

Te dije que no encendieras la luz, ¿qué? Ah, ya, claro, es de día, no hay ninguna luz que encender. Lo siento, ya sé que no te gusta que beba, pero no he podido evitarlo. Necesitaba olvidar.
Sí, me ha vuelto a romper el corazón, ¿cómo lo sabes? No, no le insultes, la culpa es mía. La culpa es mía por pensar que esto podría funcionar.

Tranquilo, prometo no beber tanto la próxima vez y llamarte mucho antes. Sí, exactamente, eso significa que va a haber próxima vez. Ya sabes que es mi debilidad y que volveré a caer en cuanto me diga cuatro palabras bonitas. Sí, yo también desearía que fuera distinto.

Baja la voz, por favor, me va a estallar la cabeza. ¿Es muy cruel si te pido que me abraces? Ya sé que después de todo lo que ha pasado entre nosotros, contarte todo esto no es lo más indicado. Pero ya lo hablamos, ¿verdad? Ya dejamos claro que seríamos sólo amigos. Dios, qué complicado es todo. En fin, si no te importa voy a dormir un poco. Sí, ya sé que es la una de la tarde, pero tengo sueño y me duele la cabeza. Quizá si te quedas a mi lado no tenga pesadillas. Ah, por cierto, he olvidado decirte que te quiero con todos los fragmentos de mi oscura alma rota. Y tú has olvidado decirme que aunque también me quieres, jamás podremos estar juntos. A lo que yo sin duda te hubiera contestado, que por eso me emborracho y me parten el corazón tan a menudo. Te hubiera confesado que es sólo una escusa para que vengas a verme a casa. Pero claro, estoy borracha y tengo sueño, no puedes echarme en cara el olvidarme de decirte algunas cosas, ¿verdad?

domingo, 24 de abril de 2011

Hoy...

Hoy, a la 1:28 de la mañana, con un silencio por toda la casa porque mis padres hacen lo que yo debería estar haciendo (dormir) entro de nuevo aquí y decido continuar con esto que ya llevaba abandonado demasiado tiempo. No sé qué saldrá, tampoco me importa, será que estoy dormida.
Hoy vengo a informar que he vuelto. Y sí, esta vez es para quedarme.