jueves, 23 de junio de 2011

Sólo yo

Estoy cansada de estar siempre pendiente de lo que digo o lo que hago. Estoy cansada de que tenga que medir mis palabras y de preocuparme a cada segundo por si les gusto a los demás o no. Estoy cansada de fingir, de pretender ser alguien que no soy. Estoy cansada de que me revoluciones. Estoy cansada de que con una sonrisa me abras las puertas del paraíso y con una mala contestación me bajes hasta el infierno. Estoy cansada de tus cambios de humor repentinos. De tus ``ahora te quiero, ahora te ignoro´´. Estoy cansada de todo. Así que ahora voy a ser yo misma. Sólo yo. Se acabó la máscara, se acabó el maquillaje de hipócrita. Mundo prepárate, que vengo con fuerza.

Y si somos sólo reflejos de la realidad, si todo lo que ves no es más que una apariencia construida con años de experiencia, es porque tengo miedo. Y me desdoblo, me transformo en dos personas distintas. La valiente y la insegura. La dura y la romántica. La que no teme a nada y la que se derrumba con un soplido. Después d todo, esas dos personas que creo siguen siendo parte de mí. Aunque sólo te deje ver a una de ellas, la otra sigue allí, escondida, esperando a que la encuentres, a que quieras descubrirla.

Sólo tienes que venir a buscarla. Sólo tienes que desearlo con la suficiente fuerza. Y mientras tanto, intentaré ser yo misma. Sólo yo, espero que estés contento.

martes, 7 de junio de 2011

Estrellas fugaces.

-Creo que he visto una estrella fugaz.
-¿Ah, sí?
-Ha pasado justo ahora, por delante de mí, creo que es una señal.
-¿Y qué dice esa señal?
-Que tenemos que vivir la vida, que no podemos malgastar ni un segundo.
-Está bien, entonces empecemos a vivirla.

El beso llegó después de esas palabras. Supongo que ni siquiera te importaba la estrella, sólo querías un pretexto para presionar tus labios contra los míos y hacerme estremecer. Pero no pasa nada, yo también estaba buscando un pretexto. La verdad es que no me importaría pasarme la vida así, entre la seguridad de tus brazos, con la noche estrellada de fondo y el calor que desprende tu cuerpo. La verdad es que sería capaz de ver estrellas fugaces durante el día con tal de que me volvieras a besar así.

jueves, 2 de junio de 2011

Sombras

Tú me quieres y yo te quiero. Sé que te importo y qué harías cualquier cosa por mí. Y tú sabes que sólo tienes que decirlo y en cualquier momento, en cualquier lugar estaré allí. Nosotros jamás nos separaremos.
Ya está bien. Fin del cuento de hadas.
Nosotros jamás tuvimos nada tan perfecto. Tan asquerosamente bucólico y absurdamente romántico. Pero tampoco tenía que haber sido así y tú lo sabes. Venga, basta ya, deja de jugar, ya me he cansado. No puedes venir y decirme eso ahora. ¿Sólo amigos? ¿De verdad? ¿Qué coño estás diciendo? Tú síguete escondiendo mientras a esa distancia apuñalas mi alma. Pensé que al menos te importaba un poco más. Pensé que no te rendirías antes de empezar. Y aquí estoy yo, haciendo como que estoy bien. Pero no lo estoy, te estoy perdiendo. Me he roto y mis pedazos están desperdigados entre tu idiotez y tu desconsideración. ¿Puedes arreglarme? ¿Puedes hacer esta última cosa por mí? No, no puedes.
Otra vez tú. Tú y tu estúpido egoísmo. Tú y tu absurda indecisión.




Y al final sólo somos sombras. Sombras unidas a un cuerpo que luchan por ser algo más que una silueta difusa. Sombras que algún día se entremezclaran hasta tal punto que no nos quede más remedio que pasar la vida juntos.



Sólo sombras...