domingo, 28 de agosto de 2011

Se acabó.

Demasiado cerca. Tanto que no puedo pensar. Me retuerzo una vez más. Sobre el fango, sucia y perdida. Ya no me queda nada, todo lo que tenía te lo di a ti. ¿Alguien se acuerda el por qué hemos estado gritándonos durante horas?


Siempre hemos sido extraños. Tú y yo. Seres fríos, que antes de dar un paso hacen mil porcentajes para ver si van a salir heridos. Seres que no se dejan llevar por el corazón. Ese corazón que ahora mismo está lleno de rabia. ¿El tuyo también? Sí, eso es, ódiame. Ódiame hasta que revientes y no quede nada de lo que te di dentro de ti. Ódiame por todo lo que te he dicho, tranquilo, yo también me odio por ello.


Mientras tanto voy a caminar entre la muerte. Esperando a que acabes de odiarme para poder terminar de recoger los trozos de alma que te entregué y que ahora desmenuzas entre tus manos. Oye, ten cuidado, alma no tengo más que una.``Te amaré eternamente´´. Eso dijiste.

La eternidad ha pasado demasiado rápida. Contigo siempre es igual. Todo va demasiado deprisa.

jueves, 4 de agosto de 2011

Hoy me siento pecosa



Tengo 23 pecas en mi cara. Las he contado. (Sí, a las dos y media de la mañana no tengo otra cosa mejor que hacer que contar pecas)
Creo que soy pelirroja y no me he dado cuenta. ¿O era peligrosa?