miércoles, 27 de abril de 2011

Tú.

Espero que no lo sepas jamás, pero aquella noche me pasé horas reviviendo nuestra tarde. Lo repetí una y mil veces, cambié el escenario, tus palabras, mis reacciones. Lo cambié hasta que estuvo todo perfecto. Pero, con tanto cambio, ya no fui capaz de reconocerte a ti ni a nuestra tarde. Se alejaba demasiado de la realidad. Entonces fue cuando me di cuenta de que tú no eras lo que quería. Fue por eso por lo que dejé de verte. Simplemente por eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario